sábado, 25 de junio de 2011

Los Derechos de Nuestros Hijos




Estoy leyendo "La Adopción de Menores: Retos y Necesidades". Una obra subvencionada por CajaSol para La Asociación Andaluza de Ayuda a la Adopción y a la Infancia (LLAR). Es sobre la realidad de la adopción hoy en España, con trabajos de varios expertos españoles.

A Lucía Vázquez-Pastor Jiménez le ha tocado hablar de la evolución de los derechos de los niños y sus efectos sobre la adopción - un tema sobre el que vale la pena reflexionar...

Como nos explica esta profesora de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, hoy es "una premisa básica: ofrecer una familia a un niño y no un niño a una familia". Y conviene contemplar lo que engloba este concepto: que no somos nosotros, los padres, que tienen derecho a tener un hijo, sino nuestros hijos los que tienen derecho de tenernos a nosotros, unos padres cuidadosamente escogidos para ellos, para cuidarles, protegerles y darles todo lo que necesitan para desarrollarse como personas.




Los padres adoptivos, en realidad, ya estamos bastante familiarizados con este concepto. Pero por los comentarios de muchas personas ajenas a nuestro mundo, está claro que todavía el idea no difundida del todo por la sociedad. Y no me extraña, porque hasta hace bastante poco, la adopción sí fue más que nada una solución para padres que buscaban - y a veces incluso eligieron - a un hijo, en vez de una solución pensando estrictamente desde el punto de vista de los críos.

Es interesante pensar que los niños antes se adoptaron por temas de herencia o se acogieron por caridad o en algunos países incluso para "adquirir" una esposa para un hijo varón o para tener mano de obra en casa o en el campo o quizás para tener a alguien para cuidar de "los padres" en su vejez. No había el concepto de "derechos" de los hijos. Seguramente muchísimos - o casi todos - crecieron bajo el peso del agradecimiento y del deber que todos esperaban de ellos.

Hemos avanzado y es motivo de celebración.


Cuando mi abuela adoptó a mi tía durante la Segunda Guerra Mundial, no había "proceso de adopción". Recibieron una llamada en el centro donde ella trabajaba (una universidad religiosa) diciendo que había una familia que buscaba familia adoptiva para su recién nacido. Fue cuestión de encontrar a una pareja con voluntad de adoptar, sin cuestiona a esa pareja de ningún modo, parece que la voluntad era más que suficiente. Mis abuelos se ofrecieron y lo único que quedaba era pasar por el hospital para recoger a la niña - algo que hizo mi tía abuela para que no hubiera contacto entre padres biológicos y padres adoptivos.

En el certificado de nacimiento de mi tía, seguramente aparecen sólo los nombres de mis abuelos, porque la niña no tenía derecho en aquellos días a conocer sus orígenes. Hoy en España - gracias a una sentencia del Tribunal Supremo (21/9/1999) - se considera inconstitucional ocultar la identidad de la madre biológica "vulnerando así el derecho del hijo a conocer su identidad biológica" (La Adopción de Menores Retos y Necesidades, p. 61). Desgraciadamente en EE.UU. esto es una batalla que se tienen que luchar estado por estado. En algunos estados hay más transparencia mientras que en otros todavía no hay acceso a datos sobre padres biológicos.



Para mí, es fascinante ver cómo se van evolucionando los derechos de los niños, y creo que si no fuera por ser madre adoptiva, quizás no me hubiera enterado de este tema. Quizás debemos de considerar que el "plus" que la adopción requiere de nosotros los padres, no siempre tiene que ver con situaciones problemáticas o retos especiales sino también con un especie de pasaporte para entrar en un mundo que nunca hubiéramos conocido si no fuera por esta especial manera de formar una familia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese derecho que parece tan obvio, yo no lo tengo tan claro. Quizás hasta el momento de la firma de la adopción sí que sea o deba ser así. Pero, desde que el niño llega a casa eso yo lo cambiaría porque el principal no sea el bienestar del menor sino el bienestar de la familia como conjunto. Todos sabemos que la adopción no acaba con la firma de papelito, ni con la llegada del niño a casa, de hecho opino que la adopción acaba cuando el menor adopta a sus padres, o al resto de la familia si hay más componentes.

Pero si limitamos como derecho pricipal el del adoptado a tener una familia que ocurre con el resto de los miembros, por ejemplo otros hermanos adoptados o bios? que ocurre con la posible ayuda que puedan necesitar los padres de las instituciones? (recordemos que el derecho que prima es del menor) no puede plantearse estos temas como "ayuda a la adaptación" debe plantearse como una "ayuda a la familia" recien formada (o recien ampliada).

Por ello creo que que, aunque sea lo que debe primar para la administración (toda la administración), para nosotros lo que debe primar y por lo que debemos de luchar diariamente no es por ese menor (que también) sinó por el conjunto de la familia (incluido ese menor) sin excluir a ninguno de sus miembros.
juanjo

Brenda Padilla Ericksen dijo...

Juanjo,

Estoy de acuerdo contigo. No lo había pensado así, pero creo que debemos de pensar en como cambian los derechos una vez formado la familia.

Una cosa que me ha impresionado con los Servicios de Postadopción de Andalucia es como se preocupan por la familia entera. Se puede acudir para cualquier tema que afecta a la familia por que tienen claro la importancia de todo el sistema familiar y no sólo un asunto que tiene que ver concretamente con un niño y su adopción.

¡Gracias por tu comentario!

Brenda

Anónimo dijo...

Un tema muy interesante...sin duda, y estoy convencida de ello, ser padres y madres adoptivos necesita muchos plus...en muchos sentidos...Gracias Brenda
Pilar