sábado, 23 de abril de 2011

¿Qué significan las Pérdidas?




Gracias a una madre que lee este blog, tengo una copia en español del libro "Soy Adoptado" por los doctores David Brodzinsky y Marshall Schechter (traducido por Isabel Merino). Ya no se edita en español, pero hemos visto que se puede encontrar en algunas bibliotecas y como ya está descatalogado me han informado que se puede fotocopiar para uso personal.


Una de las cosas que más me gusta de este libro es su equilibrio y su tono sosegada. Los doctores Brodzinsky y Schechter son profesionales e investigadores con muchos años de experiencia, que han trabajado con muchísimas personas adoptadas como también con profesionales de la adopción a nivel internacional. Rechazan las especulaciones, se basan en los datos mas firmes que tenemos y comparten sus experiencias con pacientes, siempre recordando que la normalidad se manifiesta de muchísmas formas...




Me gustaría compartir un trocito de la introducción del libro donde hablan de la pérdida como lo pueden experimentar nuestros hijos adoptados. (Luego tratan este tema en más profundidad).


"Sarah era una joven de diecisiente años, perfectamente feliz y bien adaptada, que había sido adoptada de bebé. Supo siempre que era adoptada y siempre se sintió cómoda y querida en su familia adoptiva. Sin embargo tenía una vaga sensación de nostalgia, un sentimiento parecido a los que he oído describir a cientos de otros conocidos y pacientes adoptados.


'A veces me siento incompleta', nos dijo Sara. 'Necesito saber más: ¿Por qué sucedió? ¿Cómo es mi madre? Quién es mi padre? ¿Cómo es? Cuanto mayor me hago, más importante es saber. A veces resulta muy frustrante ser adoptada.'


"No hay nada anormal ni inesperado en la frustración de Sara. Sus sentimientos se explican, en gran parte, por un proceso de duelo por esos padres sobre los que tantas veces se pregunta. Ese duelo es, esencialmente, lo que encontramos en la mayoría de adoptados que, como Sarah, están tratando de superar una de esas zonas rocosas del desarrollo psicológico. En realidad, creemos que buena parte de lo que se denomina patológico en la conducta de un adoptado es poco más que la manifestación no reconocida de un proceso de duelo adaptivo. (Énfasis mío) perspectiva se acepta sin problemas para explicar por qué los niños adoptados después del primer año de edad suelen tener problemas más tarde. Cuando un niño forma un vínculo con sus primeros cuidadores, sean padres biológicos, parientes o padres de acogida, y luego se le aparta de sus cuidados y se le lleva a un nuevo hogar, es casi inevitable que experimente un sentimiento de pérdida y que llore por ellos.





"Ese duelo sigue casi siempre a la pérdida. Tiene muchas manifestaciones emocionales y conductales: conmoción, ira, depresión, desesperación, impotencia, desesperanza. El duelo puede estar bloqueada o puede ser prolongada, pero suele ser una reacción normal y adaptativa a la experiencia de la pérdida.



"Para los niños adoptados más tarde, la pérdida puede ser traumática y manifiesta y someter al niño a una gran tensión. Pero para los adoptados al nacer, existe igualmetne la pérdida. Es menos traumática, menos manifiesta, pero puede forjar toda la personalidad del niño. Los adoptados que encuentran un hogar en los primeros días o semanas de vida lloran no sólo por los padres que nunca han conocido, sino también por otros aspectos de sí mismos que han perdido a través de la adopción: sus orígenes, un sentido completo del yo, la continuidad genealógica, Los adoptados pueden sentir también que han perdido su sensación de estabilidad en relación con sus padres adotpivos; pueden pensar que si unos padres pueden abandonarlos, ¿por qué no iban a hacerlo otros?





"Con todo, la pérdida para los adoptados a muy temprana edad no es, por lo general, tan aguda ni traumática ni tampoco la experimentan de forma consciente hasta alrededor de los cinco años. Va emergiendo paulatinamente, conforme la comprensión cognitivo de la adopción empieza a desarrollarse en el niño. Y puede llevar a sutiles cambios conductuales en la infancia que, a primera vista, puede parecer que no tienen nada que ver con la pérdida ni el duelo.



"A veces ese duelo se convierte en un factor importante de la vida de un adoptado y otras veces, no. Algunos adoptados se sienten abrumados por sentimientos de alienación y desconexión. Otros, por razones que todavía no comprendemos plenamente, no tienen esos sentimientos y, por el contrario, se sienten inmensamente agradecidos por contar con el hogar seguro y lleno de cariño que sus padres adoptivos han formado para ellos.





"No podemos predecir qué adoptado se sentirá incompleto y abandonado y cuál se sentirá querido y valorado, cuál escogerá destacar la naturaleza de 'pérdida' que hay en la adopción y cuál pensará sólo en lo 'encontrado'. Pero sí que podemos decir que ambos tipos de reacción son comprensibles, corrientes y, por lo general, parte de una adaptación sana, y que pueden existir, en diferentes momentos de la vida, en el mismo individuo."




He aprendido mucho de este libro. A ver si pronto el editorial (Grupo Editorial Random House Mondadori, S.L.) vuelva a ofrecernos esta obra tan sencilla, tan sensata y tan importante...

domingo, 17 de abril de 2011

Fomentando La Felicidad




Como todo en la vida, la adopción se puede utilizar como una excusa para no ser feliz.


Ya sé. La adopción es buena. Es una solución y no un problema. Sin embargo, el lado oscuro - las pérdidas, las secuelas de un pasado que no fue tan bueno como el presente, la imposibilidad de recuperar algunas (o muchas) piezas del puzle de una vida y otros aspectos de la adopción - se puede convertir en el motivo que uno elige para su fracaso.


Me he encontrado con casos así en los libros que leo sobre adopción. Y no quiero que eso para mi hija. Quiero que sea capaz de enfrentarse con su historia, con su verdad - sin perderse en un laberinto de injusticias, penas y excusas para no vivir ahora mismo la vida que le ha tocado al final.


Por eso me interesan tanto los estudios sobre felicidad. Acabo de leer "How We Choose to Be Happy" (Como Elegimos Ser Felices - Las Nueve Decisiones de las Personas Extremadamente Felices, Sus Secretos y Sus Historias), por Rick Foster y Gregg Hicks (no lo encuentro en español).


Los autores han investigado sobre la felicidad para luego hacer más de 300 entrevistas con personas extremadamente felices en varios países. Les han impresionado NUEVE DECISIONES que toman las personas felices - a pesar de sus historias, dificultades y desafíos - para hacer que la felicidad sea una parte íntegra de su vida.


A continuación me gustaría compartir estas nueve decisiones junto con mis comentarios para familias adoptivas:


INTENCIÓN - Las personas felices han adoptado una firme intención de serlo.

Creo que es importante enseñar a nuestros hijos que ser feliz no es algo que se le ocurre a uno - sino una decisión que uno toma, a pesar de todo. Pueden ser felices si quieren ser felices y TIENEN que quererlo para alcanzarlo.


RESPONSABILIDAD - Las personas felices se ven como los únicos responsables de sus vidas.

Echar la culpa a los demás, al gobierno, a la sociedad, a la injusticia, al vecino, al jefe, a los padres biológicos, al "país de origen" - lo que sea - no lleva a ninguna parte. Tenemos que enseñar a nuestros hijos que son los únicos responsables de la calidad de vida que tienen en este momento - es decir, su actitud hacía la vida ahora mismo y la forma en que deciden gestionar sus circunstancias actuales. Pueden ser seres proactivos que se mueven y deciden como van a vivir esta vida que les han tocado o pueden ser seres reactivos que pasan la vida buscando a un culpable o una excusa.


IDENTIFICACIÓN - Las personas felices están siempre identificando lo que les hará feliz.

Podemos enseñar a nuestros hijos la importancia de reflexionar sobre lo que les gusta, lo que les hace feliz. Según los autores, las personas felices se preguntan a diario ¿Qué es lo que me haría sentir feliz hoy o en este momento? Podemos enseñar a nuestros hijos que vale la pena pensar en lo que les hará feliz ahora mismo y no sólo el día que encuentren el rastro de los biológicos o comprendan todos los "por qués" de su vida o que se hayan doctorado en psicología para comprender "la herida prima"...


ORGANIZACIÓN - Las personas felices se organizan para ser felices.

Las personas felices no esperan para jubilarse para hacer las cosas que más les hacen felices. Se organizan a corto, medio y largo plazo para que las cosas que hayan identificados en el párrafo anterior sean una parte íntegra de su vida. Podemos enseñar a nuestros hijos la importancia de organizarse ahora mismo para ser felices, para hacer ahora mismo las cosas que les gusta y no esperar (como he leído en algunos casos) la resolución de sus fantasmas para dedicarse a lo que les gusta.


TRANSFORMACIÓN - Las personas felices transforman sus tragedias, penas y problemas.

Muy importante para los nuestros. Cito a los autores del libro: "Transformar es tomar la decisión para convertir problemas en oportunidades y desafíos, y transformar trauma en algo que tienen sentido, que es importante y que es una fuente de energía que da vida. ¿Hasta qué punto transformas los problemas cotidianos, convirtiéndolos en oportunidades? ¿Te permites sentir profundamente la infelicidad para luego transformar la tristeza en oportunidades y algo que tiene sentido?"


OPCIONES - Las personas felices se centran es sus opciones.

En vez de mantenerse en una "zona de confort" (que muchas veces es muy incómodo - se llama "zona de confort" porque representa lo conocido), las personas más felices se arriesgan a salir, a romper barreras, a probar cosas nuevas y a aprovecharse de las opciones que le vida les ofrece. Quizás algunos de nuestros hijos también necesitan ayuda para centrarse en las opciones que tienen y a no tener miedo para salir de su zona del confort. Pienso especialmente en el testimonio de Sherry Eldridge (20 Cosas que los Hijos Adoptados Desean que sus Padres Adoptivos Sabían - sólo en inglés) que habla del miedo que muchas personas adoptadas tienen de independizarse de sus familias o ante cualquier cambio en la vida (sobre todo las personas que han sido marcados por los cambios en su infancia, pero también puede manifestarse esta reticencia en personas adoptadas como bebés recién nacidos). Igual hay que trabajar más con estas personas la importancia de centrarse en sus opciones y sentirse libres sabiendo que los suyos siempre estarán allí cuando les necesiten.


APRECIACIÓN - Las personas felices son personas muy agradecidas.

Claro está que un hijo no tiene por qué agradecerle a sus padres por haberle adoptado. Pero sí - todos los hijos - necesitan aprender a cultivar la capacidad para apreciar todo lo que tienen y - sobre todo - para apreciar este momento, que es el único que tenemos. Según los autores, las personas felices no sólo sienten agradecidos, expresan su agradecimiento a los demás... algo muy bonito. "Estoy agradecida de tener una amiga como tú." "Agradezco el papel que has jugado en mi vida." etc.


GENEROSIDAD - Las personas felices practican la generosidad en sus más altos niveles.

Sabemos que no es lo mismo dar para recibir como dar sin esperar nada a cambio. Sin embargo, hay varias escalas en la escalera de la generosidad. Uno de las más altas según los autores - basándose en textos antiguos como el Código de Maimonídes - es la de invertir en otra persona de tal forma que le ayudes a ser autónomo (es decir, que enseñas a pescar en vez de dar peces). Y es precisamente lo que hacen las personas más felices según este libro: comparten su experiencia, sus conocimientos y sus habilidades con otras personas de forma totalmente desinteresda, hasta el punto de que en algunos casos, los autores se encontraron con personas que habían formado a sus mayores competidores profesionales... Pues, nuestros hijos, como todos tienen y tendrán mucho para compartir. Muchos, por las circunstancias tan especiales de sus vidas, van a tener perspectivas únicas para compartir con la sociedad a lo largo de sus vidas. Van a poder identificarse con personas que nadie más comprenda. Quizás - como muchas otras personas adoptadas - tendrán oportunidades para cambiar el mundo, y lo harán con una sensibilidad que sólo una persona con su experiencia podrá hacer.


SINCERIDAD - las personas más felices practican la sinceridad de forma responsable.

No utilizan la verdad para herir, para vengarse o para llamar la atención. Tienen un compromiso personal con la sinceridad, para crecer, curarse a sí mismos y a los demás y para ser libres. Por esto son poco conformistas porque saben que la verdad es más importante de lo que dice o cree la sociedad. Aquí creo que tenemos mucho que pensar en cuanto a nuestros hijos. Porque desde la sociedad van a aprender que para ser aceptados tienen que callarse y ser como los demás (es decir no ser "diferentes"). ¿Cómo pueden ser quiénes son? ¿Qué significa ser fiel a uno mismo? ¿Cuál es su verdad y qué significa para ellos? Son preguntas que podemos explorar juntos.


Pues allí están - nueve cosas. He compartido mis comentarios sobre ellas. Me encantaría conocer las vuestras. Creo firmemente que ser feliz es algo que se decide uno mismo. Creo que saber encontrar el camino hacia la felicidad es clave para la resiliencia de nuestros hijos - todos, no sólo los que hayan sido adoptados.