miércoles, 27 de agosto de 2008

Reflexiones sobre la Identidad Étnica/Racial

Foto - más información

La redacción de Identidad Étnica aumentó mi curiosidad sobre este aspecto de nosotros mismos - y sobre todo nuestros hijos.


He estado investigando en internet y he descubierto una riqueza de información (aunque tenemos que reconocer que sabemos poco todavía sobre el desarrollo de esta faceta de la persona).

En primer lugar, hay que considerar el vínculo entre raza y étnia. Una persona blanca en Norte America o Europa no tiene que preocuparse tanto por su identidad étnica como una persona de color. Como sugiere Marianne Gullestad, una antropóloga noruega, el hecho de que la identidad de una persona de color está "bajo ataque" por la sociedad hace que para él o para ella su identidad étnica sea de suma importancia. (Ver su artículo)


Así que los que tenemos hijos de otra raza, debemos comprender que el simple hecho de que la sociedad asocia a nuestros hijos con una étnia y cuestiona su pertenencia a la sociedad puede despertar la necesidad - sobre todo durante la adolescencia - de saber "quienes son" en cuanto a su orígen étnica. Parece que los niños del Este de Europa adoptados en Noruego, por ejemplo, demuestran menos preocupación por su identidad étnica - lo cual me parece lógico. Casi pueden olvidar que vienen de otro país si quieren...


Gullestad cuenta la historia de Hannah, una mujer que fue adoptada de Etiopía por una familia noruega cuando fue una niña pequeña. Dice Hannah:


"Muchos creen que es suficiente estar integrada de forma lingüística y cultural en una sociedad para ser aceptado. Eso es falso. Durante 19 años de mi vida he sido tan noruego que me olvidé de los míos para satisfacer a los demás... Durante los otros nueve años he descubierto quien soy de verdad - una mujer Etiopíe-Noruega con el derecho de definirme a mi misma. Hannah "la negra" está muerta y enterrada para siempre. ¡Que alivio!"

También dice:


"Por fuera, fui una niña sana que no debía de haberse quejado por la buena forma en la que fue criada, por sus buenos amigos, el amor y el cuidado. Por dentro, construí muros de sensibilidad y malos sentimientos porque no sabía como iba a salir de ese círculo malvado. Cruzé la calle cuando ví a otras personas negras. Miré al suelo cuando me enfrenté con otras personas adoptadas. No me gustó la persona que fuí."


Luego, de mayor empezó a conocer gente como ella y abrirse a ellos. "Conocí a personas con orígenes similares a las mias y pude hablar de mis experiencias sin que me dijeron que era demasiado sensible."


Fue a Etiopía para volver a descubrir su país de orígen y lloró cuando entro en una iglesia y veía ángeles negros. "Lloré. Puede parecer una tontería, pero fue bueno ver que los ángeles eran negros."


Como explica Gullestad, la piel negra de Hannah le marcaba para la sociedad. La señala como diferente y como una persona con orígenes lejanas. Así que Hannah al final, necesitaba saber más sobre esa orígen lejana que le fue adscrita por los demás. Sobre todo le hacía falta una conexión con su cultura de orígen para poder dar un significado positivo al color de su piel.

¿Que tipo de lección podemos sacar de esta información?


Para decir la verdad, las palabras de Hannah me partieron el corazón. Sé que ninguno de nosotros queremos que nuestros hijos sufren así - que se sienten aislados, sólos, poco comprendidos, desconectados de una parte importante de si mismos. Es una receta segura para le infelicidad personal.


Pues, entra el artículo de la psicóloga Jeanne Lin: Ayudando a tu Hijo a Desarrollar una Identidad Racial/Etnica Positiva.


Lin explica que hay un modelo que los psicólogos han identificado de desarrollo de la identidad de una persona que pertenece de alguna forma a una minoría en la sociedad. Dice que la primera fase es conformidad con la cultura de la mayoría. Esto indicaría que sería normal que nuestros hijos pasaron por una fase de verse como españoles 100% - sin cuestionar su identidad étnica o racial. Durante esta fase, la persona puede incluso adoptar estereotípos negativos que la sociedad tiene hacía su propio grupo étnico/racial.


La segunda fase consiste en darse cuenta de que pertenecen a un sector minoritario de la sociedad que está oprimido por la mayoría. A la medida que se vayan identificando con esa minoría - muchas veces a raiz de experiencias con el racismo - pueden empezar a sentir rábia y resintimiento hacía la mayoría (incluso los padres).


Lo ideal seía que durante la tercera fase, empiezan a ganar perspectiva y ver las zonas gris de la vida para construir una visión más integrada del mundo.


Dice Lin:


"Mientras los niños vayan acercándose a la adolescencia, se hacen cada vez más conscientes de las consequencias de la raza. Por ejemplo, tendrán que determinar como van a experimentar el hecho de que en nuestra sociedad (en este caso el americano - pero créeme - esto es aplicable en Europa también) - se hacen distincciones importantes a base de la raza de una persona. Es decir - la raza sí importa. Y ¿Que van a hacer sabiendo que su raza/étnia es una que generará muchas presunciones negativas? ¿Como van a asimilar el hecho de que su padre no sólo no comparte su estatus racial, sino que pertenece a un grupo que - como grupo - oprime los miembros del grupo racial del niño? ¿O el hecho de que como miembros de ese grupo el padre tendrá privilegios que el niño no tendrá?


"Si es dolorosa leer esas preguntas, imagina como debe sentir ser un adolescente y tener que vivir con ellas. Rábia, envidia, soledad y confusión son todos normales y respuestas esperadas. De hecho, los sentimientos que este conocimiento provoca pueden ser tan incómodos que algunos individuos se defienden contra ellas negando que la raza importa. '¿Porque a la gente le importa tanto la raza. Las personas son personas y punto. ' 'La única raza a la que yo pertenezco es la raza humana.' Esta reacción puede ser tanto del padre como del niño.


"Cuando los adolescentes empiezan a comprender el impacto de las diferencias de raza, puede que tengan visiones muy rígidas de una raza contra otra; es decir, que ven a todos los blancos como racistas, o todos los miembros de su propio grupo étnico como de no fiar. Este reconocimiento de los aspectos negativos de las diferencias entre razas puede amenazar los vínculos familiares que la familia transracial ha trabajado tan duro para crear. Los padres y los niños pueden sentirse rechazados, confundidos y no comprendidos. En tal situación hace falta mucha confianza, paciencia y comunicación - y esto justo cuando parece que queda muy poco de cada una de estas cosas.


"Lo que los padres pueden hacer:


*Sí - Intenta hacer claro tu compromiso con tu hijo. Es difícil cuando hay rechazo, pero es crucial. Puede ser de ayuda recordar que tu hijo probablemente se siente tan confuso e inseguro como tú.


*Sí - Reconocer y aceptar el enfado que puede acompañar el dolor. Esto no quiere decir que toleras comportamientos no aceptables. Reconocer que tiene derecho a sentirse enfadado, darle la razón por sus motivos de estar enfadado y compartir su sufrimiento por las injusticias que ha detectado y experimentado ayudará mucho para que resuelve sus sentimientos y también para fortalecer los lazos entro vosotros.


*No - intentas negar o explicar o hacer excusas por lo que experimentan como racismo. 'Seguro que no era su intención.' 'No creo que te haría daño a propósito.' Estas respuestas pueden ser ciertas, pero no son lo que tu hijo necesita oír de tí. En vez de hacerle sentir mejor, respuestas como estas le asegurará que sería imposible para tí comprender su experiencia - o peor, que no le crees.


*No - cayes en la trampa de sentirte culpable por tu raza. Si tu hijo se siente dolido por un comentario o comportamiento racista, intenta ayudarle a distinguir entre lo que es un comportamiento humano y respetuoso y lo que es un comportamiento abusivo - en vez de utilizar un estereotipo o generalización racial para explicar lo ocurrido. Sobre todo cuando eres blanco y la persona que le hizo daño también lo es, será importante para tu hijo escucharte reconocer que algunas personas blancas de verdad abusan de su poder para hacer daño a otras personas.


*Sí - dar ejemplo de como reaccionar ante el racismo. Una amiga que adoptó un hijo de orígen índio (de E.E.U.U. y el cáribe) llevó su hija a ver Pocahontas. La niña se quejó de que refirieron a los indios como "salvajes" y susurró a su madre, "¿No es maleducado?" cada vez que hicieron referencia a los "salvajes". La madre se reía cuando me lo contó ('¡Por Diós - ní puede disfrutar de Pocahontas!') y confesó que no debió de haberse sorprendida por la reacción de su hija porque tanto ella como su marido 'siempre estuvamos haciendo comentarios así'.


"De hecho, a través de ese ejemplo, la madre estaba ayudando a su hija a "exteriorizar" comentarios racistas en vez de "interiorizarlos". Son ellos - los que utilizan palabras tan poco adecuados - quienes son los maleducados, no que la niña es un "salvaje". Esto es una habilidad crítica para un niño de color que le equipará para un río de mensajes negativos que probablmente van a encontrar durante su vida. Es através de la observación de estos ejemplos de enfado por parte de los padres que aprenderán a hacer lo mismo.


"Por supuesto no todo el mundo puede saber la formula perfecta para responder a cada comentario insensible en su momento. De hecho, una de mis respuestas más frecuentes a la falta de sensibilidad racial es de un shock incrédulo y un silencio total. Es después que pensamos en todo tipo de respuestas ingeniosas. Dáte permiso para no gestionar insultos raciales a la perfección - esto es "ser humano". No te sientes avergonzado. No eres tu ni tus hijos quienes tienen que sentir verguenza. Utiliza cualquier reacción que has tenido para "procesar" lo ocurrido con tus hijos. 'Vaya. ¿Puedes creer lo que dijo? Es que me quedé con la boca abierta; no sabía que decir.' Haz un juego de todo lo que te hubiera gustado decir. Compartiendo y procesando juntos estas experiencias es una forma importante de exteriorizar el racismo.


"No esperas que tengas todas las respuestas. Has pasado toda tu vida comprendiendo el mundo a través de tus ojos. Mientras compartes tu vida con tus hijos verás el mundo a través de sus ojos. No tengas miedo para hablar de tus preocupaciones y miedos y compartir vuestras experiencias con otras familias. Tienes una experiencia vital única y especial, pero no estás solo."


***


Bueno, personalmente me ha encantado este escrito de Jeanne Lin. Por su apellido y por algunas de esas últimas palabras sospecho que es una persona de orígenes asiáticas. Se nota que sabe de que habla.


Me gustaría cerrar con una vuelta al trabajo de la antropóloga noruega Gullestad, por que en su artículo hace una reflexión sobre los padres noruegos que durante la década de los 90 no sabían equipar a sus hijos para la vida real en una sociedad que no siempre aceptaría a sus hijos como noruegos.
Explica Gullestad que durante los '90 el Partido Progresista comenzó a fomentar una resistencia popular contra la inmigración. Los padres adoptivos se sintieron asustados y temieron que la clima anti-inmigración podría afectar a sus hijos y la reacción general fue negar que sus hijos tuvieron algo que ver con los grupos étnicos/raciales de los inmigrantes - sus hijos fueron noruegos 100%.
"De algún modo," escribe Gullestad, "los padres así reproducían estereotipos comunes sobre los 'inmigrantes' para salvar a sus propios hijos de los mismos estereotipos." Pero los padres estaban preocupados por lo que pasarían a sus hijos una vez que se fueron de casa (sé por otros escritos que algunos lo han pasado muy mal).
"No es de extrañar," continua Gullestad, "que muchas persons adoptadas han descubierto que eran demasiado protegidos durante su niñez y que enfrentarse con el racismo en la vida real ha sido un shock del que han necesitado mucho tiempo para recuperarse."
Cita a Cathrine Sandnes, una mujer que fue adoptada de Corea del Sur:
"Fuí una niña de los años 1970 - la década en la que fueramos todos iguales, sin importar nuestra apareciencias. Y por esto me dieron una respuesta clara cuando pregunté a mis padres y profesores porque la gente se quedaba mirándome, porque me señalaban con el dedo... me decían que era mi imaginación. Que por supuesto yo era exactamente como los demás niños y que no debía de darme importancia si esos niños dijeron algo distinto.
"Más tarde, sigo totalmente alucinada con esa ingenuidad del mundo adulto. La creyencia inocente de que si 'alguién dice que es blanca, es blanca'. A la misma vez me conmociona ese intento equivocado pero bien intencionado para fomentar el auto-estima."
¿Comentarios?




martes, 19 de agosto de 2008

Identidad Étnica

Foto de People Magazine

Hace poco estaba ojeando una entrevista con los "Brangelina" (Brad Pitt y Angelina Jolie) después del nacimiento de sus mellizos. ¿Sabíais que cada uno de sus hijos adoptados de otros países tiene un tutor personal de su país de orígen?


Impresionante. Tienen la suerte de poder costear un proyecto tan ideal.


Para la mayoría de nosotros, no es tan fácil. Ayudar a nuestros hijos nacidos en otras culturas a desarrollar lo que los expertos llaman la "identid étnica" de una forma que engloba su país y cultura de orígen requiere mucha reflexión, planificación, tiempo, energía, a veces dinero y a veces la necesidad de estirarnos bastante en cuanto a salir de nuestro círculo de siempre para conocer gente nueva.


¿Y para que sirve todo ese esfuerzo?


El antropólogo Noruego Anund Brottveit ha estudiado el desarrollo de la identidad étnica de Noruegos adoptados desde Corea del Sur y Colombia*. Les eligió por ser personas de color que destacan en ese país de rubios con ojos azules. Quiso saber como fue el desarrollo de la identidad étnica de estas personas en un entorno cultural y racial tan homógeneo como es Noruega (contrastando con países como E.E.U.U. o Cánada donde hay algunas regiones con tanta diversidad).

Pienso que sus conclusiones con útiles para nosotros aquí en España, porque por mucho que pueda parecer que esta sociedad está cambiando para ser más multicultural, todavía es un país bastante homogénea. Los hijos que adoptamos de China, Etiopía e India, por ejemplo, llaman la atención de todos.

Antes de exponer las conclusiones de Brottveit quiere recordar que nuestra identidad tiene muchísimas facetas (género, profesional, sexual...) y que nuestra meta en cada faceta de la identidad es conseguir madurar hasta el punto de sentirnos bien con ese aspecto de nosotros mismos. Esto es, sentirse bien como mujer o hombre, sentirse bien con su identidad profesional, con su orientación sexual etcétera. Para hacerlo, hay que integrar numerosos factores.

Las personas de piel blanca no suelen tener mucha problema con su identidad étnica en el occidente, pero las personas de color tienen que reconciliar su estatus de minoría - con todo lo que eso significa. Nuestros hijos de color pueden crecer en un entorno totalmente blanco, pero la sociedad les tachará automáticamente de minorías - personas que pertenecen a otros grupos o subculturas de la sociedad. Puede que no sea justo, pero es así.

Así que en muchos casos, nuestros hijos tendrán que buscar la manera de integrar en su identidad el hecho de que la sociedad les ve como personas que pertenecen a un grupo minoritario - y también que muchas veces los demás les verán a través de los mismos estereotipos que generan las personas de su país de orígen.
Bueno, entonces, como en todas las facetas de la identidad de un ser humano, una persona puede o no conseguir una identidad étnica madura, sana, equilibrada e integrada. En las palabras de Brottveit, la identidad étnica puede llegar a ser "seguro" o "inseguro". Como veremos, nuestra meta como padres será fomentar algún tipo de identidad étnica seguro en nuestros hijos.

Brottveit ha identificado tres identidades étnicas distintas - cada uno con su versión seguro (maduro/sano) e inseguro (inmaduro).

Identidad Uni-Étnica

Los que elegimos criar a nuestros hijos únicamente como españoles sin ningún contacto con su país o cultura de orígen, podríamos conseguir lo que Brottveit vió en su estudio noruego como una identidad uni-étnica - es decir, que se sienten únicamente españoles. Dentro de esta categoría, Brottveit descubrió que había personas adoptadas en Noruega que habían conseguido desarrollar una identidad uni-étnica madura - estaban muy satisfechos con esta forma de verse a si misma. Luego habían los que se veían únicamente como Noruegos, pero que eran inseguros, que se molestaban con los comentarios de los demás y cualquier forma de cuestionar su pertenencia al grupo.

Identidad Doble-Étnica

Según Brottveit, algunas personas adoptadas de otros países consiguen integrar aspectos de sus dos culturas de tal forma que se sienten muy satisfecho con quienes son. Luego otros giran hacía su país y cultura de orígen en busca de algo para agarrarse casi como una forma de rechazo hacía el país de su adopción. Esto sería una identidad doble-étnica insegura porque no se sienten realizados con su contactos culturales; es como si estuvieron intentando llenar algún vacío, como no hubieron encontrado su sitio en la vida y esperaron encontrarlo "allí" - donde sea.


Identidad Cosmopolitana


La personas que desarrollan esta identidad tienen una actitud relajada hacía lo que significa la étnicidad y la pertenencia cultural. Los que se encuentran seguros - o realizados - están abiertos a nuevas influencias y ven a la identidad personal como más importante que la identidad étnica. Los menos seguros acaban sientiéndose perdidos y sin raíces.


Mi opinión personal es que el carácter de nuestros hijos tendrá algo que ver con el tipo de identidad étnica que desarrollan. Pero creo que nuestra influencia es clave. Es obvio que una niña Coreana que fue adoptada por una familia de orígen escandinavo del estado de Minnesota (E.E.U.U.) - algo muy común - y quien no tuvo ningun contacto con su cultura de orígen tendría mucho más posibilidad de desarrollar una identitad uni-étnica (sintiéndose 100% americana en este caso) que los hijos de Brad Pitt y Angelina Jolie (que me imagino que sus hijos desarrollarán una identidad cosmopolitana).


¿Podemos simplemente elegir el tipo de identidad étnica que queremos fomentar?


Por supuesto que sí - pero ojo. No creo que cada una de las tres identidades étnicas mencionadas aquí tienen la misma posibilidad de llegar a ser "maduras" y conducir al niño hacía la plena felicidad.


Por lo que he leído, sospecho que hoy en día la identidad uni-étnica es arriesgada. Hay demasiado escrito sobre como se siente un niño que crece aislada de su cultura de orígen. No todos los niños reaccionan igual y es allí donde entra el carácter de cada uno, pero en general parece importante para el buen desarrollo de la identidad que el niño tenga acceso a todo lo que le pertenece, y sus orígenes forman una parte muy importante de su patrimonio personal. Si uno sabe que la sociedad le considera Chino, pero ni sabe lo que quiere decir "ser Chino" difícilmente puede comprenderse a si mismo. Es como falta piezas claves de su puzzle.


Claro que habrán los que incluso luchan contra los esfuerzos de sus padres adoptivos por inculcar su cultura o idioma (sobre todo durante la adolescencia cuando lo más importante es ser igual que los demás). Dirán que son españoles y punto. Pero incluso ellos pueden llegar a un momento de su vida en que todo cambia y se sienten la necesidad de desarrollar aún más su identidad étnica. Más vale darles toda la información, experiencia y contacto posible - sobre todo antes de llegar a la adolescencia. Lo más probable es que algún día nos lo agradecerán.


Sigo con mis propias opiniones y reflexiones. Pienso que hacer un esfuerzo por desarrollar una identidad doble-étnica es mejor que el uni-étnico, pero creo que hacer el salto a la cosmpolitana es la que da mayor seguridad al hijo.


Está claro que el país de orígen tendría un lugar muy especial y privelegiado en nuestros hogares y que nos enfocaríamos en la experiencia de su cultura. Sin embargo, los adoptados adultos han observado una y otra vez como ha sido imposible prepararles para lo que realmente significa ser coreano, por ejemplo. Vuelven a su país de orígen sólo para sentirse como extranjeros y extraños.


Así que pienso que bucear en la cultura de orígen del hijo es clave, pero también abrir las puertas al mundo entero para superar todas las barreras y ayudarles a ver que son (y somos todos) ciudadanos del mundo es lo más útil.
No todos podemos costear viajes por el mundo entero, pero hoy en día con Internet y con documentales fantásticas, podemos empezar a abrirles los ojos desde pequeños. Cada vez hay más libros (como los de Unicef, por ejemplo) que enseñan como viven niños y familias en todo el mundo. También es importante ver juntos las noticias - a la medida que van creciendo - para ayudarles a interpretar lo que ven de la forma más "cosmopolitana" posible.


Como veréis, a mi la identidad cosmopolitana me parece una buena apuesta. Creo que si se desarrolla de una manera sensata para que el hijo se siente sus raices con firmeza a la vez que explora el mundo y desarrolla una actitud de las más abiertas, tiene más posibilidades de madurar en este aspecto. No tengo los recursos de los Brangelina para viajar constantemente por el mundo con una tropa de tutores personales a mi mando, pero creo que hay muchas formas de conseguir la misma meta.
¡Hay que ser creativos!


*Anund Brottveit, "'I didn't want to look different' - Identity Development, External Categorisation, and Ethnic Identity of Adoptees from Columbia and Korea", Oslo: Diaconia College Center, 1999
La información que tengo sobre el estudio viene de un ensayo publicado en "Los de Fuera por Dentro - escritos sobre la adopción transracial" sobre una conferencia que Anund Brottveit dió en Dinamarca para el Club de Coreanos en Abril 2003.

jueves, 7 de agosto de 2008

Nada de "Pobrecit@"

Justo antes de ir a China para recoger a nuestra hija, tuvimos una reunión en la agencia de adopciones (el ECAI) junto con varias familias más. Con toda la emoción de ese día, no me acuerdo todo lo que nos dijeron, pero se me quedé grabado un consejo:

Sentir lástima para los hijos que íbamos a recoger desde un orfanato no era una respuesta adecuada. "Nada de pobrecita," nos dijeron, explicando que si así pensamos no les hacemos ningun favor. Que nuestras hijas iban a necesitar la misma disciplina que los demás niños, es decir, los mismos límites, consequencias, firmeza, constancia, amor - etcétera.

Estoy totalmente de acuerdo. Sin embargo, la cuestión de disciplina me ha sido difícil desde el primer día - hace ya 13 años - con todas mis hijas. No me importa confesarlo porque sé que es un verdadero desafío para muchos (si no todos).
Con los años, he aprendido que los únicos "pobrecitos" son los hijos que faltan disciplina - y sus padres, que quizás merecen incluso más lástima.

Así que estoy encantada de recomendar un libro que me ha ayudado bastante. Se llama "Disciplina Positiva". Es por la psicóloga (y madre de 6 hijos) Jane Nelsen. Está traducido al español y lo veo en librerías aquí en España. Es tremendemente práctico.

Hace varios años, cuando mi hija mayor estaba en segundo de primaria tuvo una profesora que estaba a punto de jubilarse - una de esas que viene de la vieja escuela. Confieso que el primer día del colegio, tanto mi marido como yo salimos del colegio asustados. Es que nuestra hija "tenía mucho carácter" y vaya que seño, parecía una sargenta.

Pues esa sargenta resultó ser el milagro que yo estaba esperando. Nunca olvidaré de las reuniones que tuve con ella. No le importaba dedicarme una hora entera para explicar como ser una madre constante, firme - cariñosa sí - pero sin vacilar. En su clase no había problemas - por supuesto. Todo marchaba sobre ruedas. Pero le había costado, me decía, así que ella sabía muy bien lo que cada niña estaba haciendo en casa. Era sabia. Y sabía lo que teníamos que hacer.

Lo más sorprendente de todo era que mi hija la adoraba. Era estricta - tan estricta que a mí me hizo temblar - pero muy cariñosa.

Tomé sus consejos muy a pecho. Pero era tan difícil ponerlos en práctica. Entonces descubrí el libro de Jane Nelsen. Disciplina Positiva me dió las herramientas que necesitaba para enseñar a mis hijas - todas - a ser responsables.

En caso de nuestros hijos adoptados, tenemos que estar conscientes de la "capa extra" - los temas, asuntos y comportamientos que son o podrían estar relacionados con la adopción. Así que recomiendo también estar bien informados sobre el "apego", por ejemplo. Pero en general, pienso que la Disciplina Positiva de Jane Nelsen vendrá bien a todos porque es simplemente una forma de utilizar consequencias naturales o lógicas para dejar que nuestros hijos sean responsables desde muy pequeños (los 2 años). Todo está basado en una combinación de firmeza y cariño.
"Padres Consequentes Hijos Felices" es un libro editado aquí en España que no he podido leer en su totalidad, pero que me parece muy parecido y muy bueno.

Otro libro que conviene leer es "Socorro Tengo un Hijo Adolescente" por Robert Bayard y Jean Bayard - y recomiendo leerlo mucho antes de que los hijos sean adolescentes porque el libro es un remedio para los padres que han sido demasiado permisivos y están sufriendo las consecuencias. Mejor prevenir. Encontré el libro por casualidad en nuestra biblioteca municipal y me motivó a estar incluso más comprometida con la tarea de fomentar la responsabilidad.
¿Como saber si necesitas un poco de ayuda en este campo?
Si tus niños te agotan, si no disfrutas de ellos, si siempre estás deseando un respiro, se es estresante salir a la calle con ellos o quedar con alguién (vamos, alguién que entiende de niños), si tienes que estar siempre encima para que coman, hagan los deberes, ordenan su cuarto, duermen etcétera, no dudes en buscarte uno de estos libros.
Y para los que hemos adoptado, es importante recordar que algunos factores relacionados con la adopción de nuestros hijos - su pasado, el darse cuenta de lo que ha perdido, problemas de racismo etcétera - pueden requerir atención especial pero esto nunca debe de ser una excusa para ser demasiado permisivos, para permitir comportamientos no adecuados, que nos hablen mal o nos hacen la vida imposible a toda la familia. El cariño junto con la firmeza también es necesario durante esos momentos difíciles.

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He encontrado un artículo sobre la Disciplina Positiva de Jane Nelsen en internet. Lo cuelgo aquí:


GUÍAS PARA LA DISCIPLINA POSITIVA

Del libro Disciplina Positiva por Jane Nelsen
Publicado por Ballantine, New York, NY: 1996
Disponible a través de Libros, Cintas y Videos Empowering People (1-800-456-7770)

1.) Los niños de mala conducta son “niños desanimados” que tienen ideas erróneas de cómo lograr su meta principal de pertenecer. Estas ideas los guían al mal comportamiento. No podemos ser eficaces a menos que enfrentemos las creencias erróneas en vez de solamente el mal comportamiento.

2.) Use la animación para ayudar a los niños a sentir “que pertenecen” de tal manera que la motivación del mal comportamiento se elimine. Celebre cada paso en dirección a un mejoramiento de la situación en vez de enfocarse en los errores.

3.) Una muy buena forma de ayudar a que los niños se sientan animados es “pasar con ellos un tiempo especial.” Muchos maestros han notado un cambio dramático en un “niño problema” después de pasar cinco minutos simplemente charlando de lo que le gusta hacer al niño para entretenerse.

4.) Cuando acueste a los niños, pídales que compartan con usted el momento “más triste” y el momento “más feliz” del día. Después usted comparta con ellos. Se sorprenderá de lo que aprende.

5.) Tenga reuniones familiares o en la sala de clase para resolver los problemas con cooperación y respeto mutuo. Ésta es la clave para crear un ambiente de amor y respeto mientras ayuda a los niños a desarrollar la auto-disciplina, la responsabilidad, la cooperación y la capacidad de resolver problemas.

6.) Dé a los niños trabajos de importancia. Por conveniencia, muchos padres y maestros hacen cosas que los niños podrían hacer por sí mismos o ayudándose mutuamente. Los niños sienten que pertenecen cuando ellos saben que pueden aportar una contribución verdadera.

7.) Decidan juntos qué trabajos se necesitan hacer. Escríbalos y póngalos en una caja y deje que cada niño saque unos pocos cada semana; de esa forma nadie hace los mismos trabajos todo el tiempo. Los maestros pueden invitar a los niños a que les ayuden a establecer las reglas de la clase y hacer una lista en un cuadro titulado, “Nosotros decidimos:”. Los niños se sienten capaces, motivados y entusiasmados cuando se los incluye en las decisiones.

8.) Tome el tiempo para entrenar. Asegúrese que los niños comprenden lo que significa para usted “limpiar la cocina.” Para ellos puede que signifique poner los platos en el lavaplatos. Los padres y maestros podrían preguntar, “¿Cuál es tu entendimiento de lo que se esperaba?”

9.) Enseñe y modele el respeto mutuo. Una forma es siendo cariñoso y firme al mismo tiempo—cariñoso para mostrar respeto por el niño y firme para mostrar respeto por usted mismo y “las necesidades de la situación.” Esto es difícil durante un conflicto, así que use lo siguiente cuando pueda.

10.) El elegir el momento oportuno multiplicará por diez su eficacia. No “funciona” tratar de resolver un problema en el momento del conflicto—las emociones se cruzan en el camino. Enséñele a los niños que todos necesitamos un período para tranquilizarnos. Usted o los niños pueden ir a otro cuarto y hacer algo que los haga sentirse mejor—y después discutir el problema con respeto mutuo.

11.) Deje de lado la idea equivocada que dice que para hacer que los niños se comporten mejor, primero tienen que sentirse mal. ¿Quiere usted hacer mejor las cosas cuando se siente humillado? Esto representa una nueva perspectiva del “tiempo para tranquilizarse.”

12.) Use tiempo para tranquilizarse. Dígale a los niños por adelantado que todos necesitamos un “tiempo para tranquilizarnos” a veces cuando nos estamos comportando inapropiadamente, así, cuando se les pida que vayan a su cuarto para que pasen un tiempo allí, ellos pueden hacer algo que los haga sentirse mejor. “Cuando estés listo, vuelve y discutiremos juntos las soluciones.”

13.) El castigo puede “funcionar” si usted está interesado solamente en parar el mal comportamiento por “el momento.” A veces debemos tener cuidado de lo que funciona cuando los resultados a largo plazo son negativos—resentimiento, rebeldía, venganza o retraimiento.

14.) Enseñe a los niños que los errores son oportunidades maravillosas para aprender. Una forma de enseñar a los niños que los errores son oportunidades maravillosas para aprender es modelando usted mismo el uso de las “Tres R's de la Recuperación” después de haber cometido un error. (1) Reconozca su error de buena gana; (2) Reconcíliese. Esté dispuesto a decir “lo siento, no me gustó la forma como traté ese asunto;” (3) Resuelva. Enfóquese en las soluciones en vez de la culpa. (#3 será eficaz solamente después de #1 y #2)

15.) Enfóquese en las soluciones en vez de las consecuencias. Muchos padres de familia y maestros intentan disfrazar el castigo llamándolo una consecuencia lógica. Invite a los niños a participar en la búsqueda de soluciones que (1) están relacionadas, (2) son respetuosas, (3) son razonables y (4) son útiles.

16.) Asegúrese de que se comunica un mensaje de amor y respeto. Empiece con “eres importante para mí. Estoy preocupado por esta situación. ¿Trabajarías conmigo para encontrar una solución?”

17.) ¡Diviértase! Lleve la alegría a los hogares y salas de clases.